Conoce más sobre biogás
El biogás es un gas renovable de origen biológico, generado por la degradación de materia orgánica en condiciones anaerobias. Se puede formar de forma natural (como el conocido gas de los pantanos) o de forma artificial empleando para ello sistemas que faciliten la acción de las bacterias metanogénicas en condiciones anaerobias.
Algunos ejemplos de biogás generado de forma artificial son el biogás de vertederos controlados de residuo sólido urbano y el biogás de digestores anaerobios.
En los vertederos controlados, el RSU depositado y compactado es cubierto con capas de sellado para reducir el contacto de la materia orgánica con el aire y permitir así las condiciones anaerobias que dan lugar a la descomposición de dichos residuos y la formación del biogás. Este biogás tiene un contenido en metano (CH₄) habitualmente cercano al 50% en volumen, aunque dependerá de la propia composición del residuo, su antigüedad y de las condiciones el vertedero.
En el caso del biogás de digestores anaerobios, este se forma en dispositivos (digestores) específicos para ello, en los que se introducen los diversos residuos, con diferente contenido en materia orgánica y se les somete a condiciones adecuadas para maximizar su descomposición y la generación de biogás. En este caso, el biogás suele tener un contenido en metano superior (habitualmente entre 60%-75% en volumen).
Otro compuesto del biogás es el dióxido de carbono (CO₂), en concentraciones habituales de entre el 25% y el 45% según el tipo de biogás.
El biogás puede contener también compuestos corrosivos y/o peligrosos como el ácido sulfhídrico (H₂S), siloxanos…
El biogás de vertedero habitualmente se suele captar con porcentajes de entre el 1% y el 3% de oxígeno O₂, así como nitrógeno (N₂) entre el 2% y el 8%.